viernes, 11 de marzo de 2011

Vocación


Pregunta usted si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí. (...) Ahora bien (puesto que usted me ha permitido aconsejarle), le ruego que abandone todo eso. Mire usted hacia fuera (...). Nadie puede aconsejarle ni ayudarle, nadie. Hay sólo un único medio. Entre en usted. Examine ese fundamento que usted llama escribir; ponga a prueba si extiende sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón; reconozca si se moriría usted si se le privara de escribir. Y si el resultado hubiera de ser de asentimiento, (...) entonces construya su vida según esa necesidad (...).
                                                                                                   Rilke

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